La coincidencia de la Semana Santa católica y ortodoxa en 2025 abre el debate de fijar una fecha conjunta para siempre

La Pascua católica se celebra el domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera y el año 2025 cae el 20 de abril, el mismo día que la Pascua ortodoxa

La procesión del Cristo Resucitado pone fin a la Semana Santa en Las Palmas de Gran Canaria

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Cristianos católicos y cristianos ortodoxos celebran en 2025 la Semana Santa en las mismas fechas, algo que no ocurre todos los años ni con frecuencia. De hecho, a lo largo del siglo XXI solo hay 21 coincidencias en las dos semanas santas de la cristiandad. Justo en 2025, la Pascua de católicos y ortodoxos cae el 20 de abril, una coincidencia que reabre el debate de fijar una fecha conjunta para la Semana Santa para siempre. Cuestión sobre la que el Papa Francisco ya se pronunció de forma favorable en 2015. Aquí tienes más información de la celebración de la Semana Santa para siempre en abril.

Las diferentes fechas para la celebración de la Pascua tienen una explicación histórica. En principio, el Concilio de Nicea estableció en el año 325 de nuestra era que la Pascua cristiana se celebrara el domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. Las discrepancias en las fechas de celebración de la Semana Santa ortodoxa y católica se producirían doce siglos después.

Provienen de la adopción del calendario gregoriano a partir de 1582 en la Europa católica. Ese año, el Papa Gregorio XIII reformó el calendario juliano, usado desde el año 46 antes de Cristo hasta entonces en todo occidente y provocó una división entre la Europa católica y la Europa ortodoxa y protestante. Es decir, ortodoxos y protestantes mantuvieron el calendario juliano.

El cambio consistió en adelantar el calendario diez días, de tal forma que al 4 de octubre de 1582 en el calendario juliano le siguió el 15 de octubre del calendario gregoriano. No es este el único cambio. El año del calendario juliano tiene 365 días en los 12 meses del año, con 366 en los años bisiestos cada cuatro años. El gregoriano establece excepciones en los años bisiestos, determinando que los años con 366 días son los divisibles por 4, salvo los múltiplos de 100 y, a su vez, dentro de estos exceptúa los divisibles por 400. Esta es la razón por la que, por ejemplo, el año 1900 no fue bisiesto y sí lo fue el año 2000.

La Semana Santa en Santa María de Guía brilla con la Procesión Magna

La Semana Santa en Santa María de Guía brilla con la Procesión Magna / LP/DLP

¿Por qué un cambio y por qué diez días?

El adelanto de diez días del calendario gregoriano se realizó para corregir el desfase entre el número de días del año solar y el calendario juliano. ¿Por qué hacía falta esa corrección? La razón es religiosa y precisamente está relacionada con la Semana Santa. La reforma se realizó para facilitar la regularidad del calendario litúrgico.

Otra pregunta es ¿por qué diez días? Los diez días surgieron de cálculos matemáticos realizados por una comisión creada al efecto, la Comisión del Calendario, que contaba con científicos. Esos diez días corresponden al desfase acumulado entre el calendario solar y el juliano entre los años 325 y 1582.

La Procesión Magna Interparroquial de Las Palmas de Gran Canaria, en imágenes.

La Procesión Magna Interparroquial de Las Palmas de Gran Canaria,. / Juan Carlos Castro / LPR

Siglos marcados por la diferencia

Justo en el 325 se fijó cuándo debe celebrarse la Pascua y, por ende, la Semana Santa. De ahí que la Semana Santa siempre coincida con la luna llena, pero no es en la misma fecha en toda Europa porque las zonas ortodoxa y protestante mantuvieron el calendario juliano durante siglos. Los primeros países en adoptar el calendario gregoriano fueron España y Portugal, donde la Iglesia católica tenía mayor influencia.

La implantación del calendario gregoriano, reconocido hoy como el calendario mundial, tardó siglos. Hasta 1752, Gran Bretaña y sus colonias mantuvieron el calendario juliano, que algunos países conservaron hasta el siglo XX, casos de Rusia, que cambiaría en 1918; Grecia, en 1923; Turquía, en 1926; y el último en sumarse sería la República Popular China, en 1949.