San Cristóbal reclama el dique semisumergido para paliar los efectos de las mareas vivas

Los vecinos ven la escollera como solución a las inundaciones que provoca el fuerte embate de las olas

PP y Coalición Canaria reclaman que el proyecto no quede en el cajón

Los vecinos de San Cristóbal reclaman la construcción de un dique semisumergido frente a la costa del barrio que permita paliar los efectos de las fuertes marejadas como las vividas este pasado miércoles. El concejal de Ciudad de Mar y Turismo, Pedro Quevedo, rescató esta idea del cajón el miércoles a raíz de las dos inundaciones que anegaron el barrio marinero de Las Palmas de Gran Canaria, con olas que alcanzaron varios metros de altura y dejaron daños en unas 40 viviendas.

La opción de construir un dique semisumergido frente al barrio marinero como solución a los grandes rebosos es una opinión generalizada entre los vecinos. «La única solución es el dique, en septiembre vienen las mareas del Pino y verás», resaltó un residente en la calle Marina que prefirió permanecer en el anonimato. Otros comparan la desprotección del enclave frente a la de la Avenida Marítima a la altura de San Telmo, o la playa de La Laja.

Abril de 1970

En la memoria de los mayores, muchos tienen gravado abril de 1970. Es el caso de María del Carmen Peñate, quien aseguró ayer que su casa quedó «en el aire» tras arrastrar el mar todas las piedras que hacían de cimientos al no existir el paseo. Desde entonces, afirman todos, en el barrio no habían vivido un reboso como este, con olas que superaban la altura de las farolas. Aunque bien es cierto que hay vecinos que señalan cómo se les inundó la casa hace dos años en una marejada o cuando la tormenta Hermine reventó el paseo -cuyas obras, denuncian, eliminaron la rampa que había en la bocacalle de Timonel-.

San Cristóbal, un día después de las inundaciones por el fuerte oleaje

La Provincia

Quevedo resaltó el miércoles que la intención del Ayuntamiento capitalino será mantener conversaciones con otras administraciones para poder sacar adelante un proyecto al que por el momento no le habían dado prioridad. «Esto será cada vez más frecuente», indicó a los medios, en relación con el cambio climático y la subida del nivel del mar, algo ya constatado por los científicos -en Canarias ha subido a razón de tres milímetros anuales desde los 90-.

El anteproyecto diseñado por Ciudad de Mar consistía en crear dos escolleras artificiales y semisumergidas que permitieran mitigar los efectos del oleaje en el paseo y en las viviendas. El entonces concejal de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, resaltó a este periódico la necesidad de encontrar una «solución más duradera» al barrio marinero, dadas las demandas que existían para reparar la costanera tras años de mareas vivas batiendo.

¿Qué dicen el PP y Coalición Canaria?

Desde la oposición, el PP ha solicitado el anteproyecto de la escollera para poder analizarlo. «No lo hacemos con ánimo de crítica, sino porque creemos que es importante. El municipio se enfrenta a los problemas derivados del incremento del nivel del mar y precisamente el barrio marinero es uno de los puntos más sensibles», resaltó ayer su portavoz, Jimena Delgado. Solicitó además la repavimentación del paseo allá donde las olas hayan hecho estragos estos días. También han solicitado las actuaciones previstas en la zona dentro del Plan de Acción climática.

David Suárez, concejal de CC, animó ayer, por su parte, a la alcaldesa, Carolina Darias, a reunirse con el Ejecutivo autonómico y la Dirección General de Costas para poder dar una solución a este problema. «No podemos dejar que los vecinos vuelvan a ver cómo el mar destroza sus casas como consecuencia de un proceso que es irreversible», apuntó, en referencia al cambio climático.

Ambos partidos en la oposición también hablaron de posibles ayudas económicas a los afectados. «Una puerta principal de una vivienda puede llegar a costar más de 1.000 euros», indicó Suárez. Por su parte, la consejera insular del PP Pepa Luzardo señaló que presentarán en Comisión del Cabildo una propuesta.